Consejos para que un speed networking resulte efectivo

Ya te hablamos hace unas semanas sobre la importancia del networking, de los tipos que hay como el social networking o el business networking, y de los consejos para llevarlo a cabo con éxito. Pero hoy vamos a adentrarnos un poco más en uno de ellos: el speed networking. Si no leíste ese post, te contamos que son reuniones rápidas en las que se establecen relaciones de negocio. No se suelen cerrar tratos en ellas, pero sí son una buena forma de conocer a otros empresarios del sector y empezar una relación comercial.

Pero para ello deberás seguir una serie de recomendaciones que nosotros te vamos a dar. Y es que, a pesar de que el speed networking es una modalidad de networking, cuenta con pequeñas diferencias y no se siguen las mismas pautas.

En primer lugar, como no tienes todo el tiempo del mundo, deberás preparar tu elevator pitch concienzudamente. Deberás impresionar a las empresas en muy poco tiempo, por lo que tendrás que ser muy creativo. Algunos trucos con los que podrás lograrlo será apelando a las emociones o buscando algo en común con el interlocutor y, a partir de ahí, desarrollar tu estrategia.

También deberás recalcar tus palabras o ideas clave varias veces sin llegar a ser redundante. Bastará con dos o tres para que la persona que está al otro lado de la mesa se haga una idea de lo que le reportará asociarse contigo.

¿Con esto es suficiente? Ni mucho menos, ya que no solo es importante lo que se dice, sino cómo se dice. De nada sirve tener el mejor producto del mercado si no lo sabes vender. Practica la pronunciación y la entonación. No puedes ser plano al hablar ya que, a pesar de que tu intervención dura muy poco, si no hay ninguna modificación en tu tono, perderás su atención nada más empezar. Tampoco debes tener prisa. Es poco tiempo, lo sabemos, pero no debes atropellarte para contar todo lo que quieres. Cuenta menos, pero mejor. Por último, intenta evitar expresiones negativas, ya que quedarán de forma inconsciente en la otra persona.

Para acabar, haremos hincapié en la postura. No te tumbes en la silla, mantente con la espalda apoyada en el respaldo pero sin estar rígido y, por supuesto, mantén un contacto visual permanente. Si hablas mirando a la mesa, ¡estás perdido!

Entrega tu tarjeta de presentación y, ¡listo!

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