La formación es uno de los valores que puedes potenciar en tu currículum como signo de una excelente preparación. La oferta formativa es tan completa que puedes continuar con tus estudios, después de la realización del grado, con un máster. Para optar a los principales másteres te piden como requisito haber finalizado una titulación de grado. Por tanto, en la secuencia temporal de decisiones que puedes tomar a lo largo de tu carrera profesional, en primer lugar, tienes que determinar cuál es tu vocación inicial.
A la hora de plantearte tu futuro laboral, lo primero que debes saber es qué tienes que estudiar para poder trabajar en lo que te apasiona (un ciclo formativo, un grado universitario, un máster…), por esto te enseñaremos en este artículo qué es un grado y qué es un máster para que entiendas las diferencias entre ellos y qué pueden aportar para tu carrera profesional. Hoy te vamos a explicar la diferencia entre grado y máster, al igual que ya hicimos cuando te explicamos las diferencias entre máster y posgrado.
Y es que con la Declaración de Bolonia y su implantación hace unos años, la terminología en lo que al ámbito estudiantil se refiere varió con respecto a lo que había establecido años atrás.
Tanto la realización de un máster, como la iniciación de la tesis doctoral, es la oferta de posgrado ofrecida por muchos centros. Sin duda, hay notables diferencias entre máster y grado, sin embargo, estas diferencias son la base de su complementariedad.
¿En qué consiste un grado?
Empezamos definiendo qué es un grado universitario: es un tipo de enseñanza de primer ciclo que permite al alumno orientar su futuro profesional hacia un sector en concreto. El calendario del programa está estructurado en materias repartidas generalmente en cuatro cursos. A través del grado el alumno obtiene un conocimiento profundo y generalizado desde una perspectiva holística en el objeto de estudio propio que queda acreditado con la titulación oficial. Tiene un carácter básico y general, a la par que proporciona a los estudiantes los conocimientos específicos necesarios para desarrollar una profesión en los años venideros. Los alumnos deben superar los 240 créditos ECTS de los que se compone para obtener el título oficial que los acredita como graduados, tanto en España como en el resto de Europa.
Tienen una duración de cuatro años (excepto algunos casos puntuales) y, aparte de superar las asignaturas propias de cada grado, también deberán realizar un trabajo de fin de grado y unas prácticas en empresa (en caso de que la formación así lo estableciera).
Con respecto a las titulaciones tradicionales (diplomatura y licenciatura), hay que decir que el título de grado mejora la formación de la primera, al añadir un curso más, y se equipara con la segunda.
¿En qué consiste un máster?
Los másters, por su parte, son el segundo ciclo de la enseñanza universitaria a través de la que puedes especializarte en una rama del grado que has cursado. Por ejemplo, un alumno que realiza el grado de Humanidades puede decidir especializarse en Recursos Humanos. Generalmente, un grado ofrece diferentes salidas laborales, por esta razón, el máster está orientado a un nivel de experto y con una visión más práctica todavía. Al contrario que los grados, tienen una duración de entre 60 y 120 créditos, es decir, uno o dos años. Están pensados, en definitiva, para que los alumnos que deseen ampliar su formación o especializarse en alguna rama concreta puedan hacerlo.
Suelen estar formados por un grupo más reducido de estudiantes y la formación está más enfocada al día a día de la empresa, de ahí que sean un buen punto a favor para que la incorporación laboral sea más sencilla.
A través de la realización del máster puedes diferenciarte de la competencia profesional directa, es decir, de otros compañeros que han cursado el mismo grado.
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