Los estados financieros de la empresa turística tienen ciertas peculiaridades y estas deben ser tenidas en cuenta a la hora de elaborarlos. Conocer algunas de ellas puede ayudarte a confeccionarlos de la mejor manera.
Los estados financieros son una serie de informes que determinadas empresas están obligadas a emitir al menos una vez al año. Lo normal es que su elaboración coincida con el cierre del ejercicio, el 31 de diciembre. Además de los dos esenciales (Balance de Situación y Cuenta de Resultados), en este sector también es importante el análisis financiero (sobre todo, las fuentes de financiación, la tesorería y la rentabilidad).
Las empresas turísticas engloban una diversidad de ellas: desde los hoteles hasta las agencias de viajes, pasando por la hostelería, en general. Partiendo de esta base, aunque son sociedades y la norma para ellas es similar al resto, existen ciertas características a tener en cuenta en cada una de ellas.
El Balance de Situación. Qué tengo y cómo lo financio
Un Balance de Situación se compone de un activo, que serían las inversiones y la tesorería; y un pasivo, que serían la financiación y las deudas. Se debe cumplir que ambos tengan el mismo importe monetario. Esta cuenta anual nos indica cuánto vale la empresa, algo que vendrá reflejado en su Patrimonio Neto como la diferencia entre lo que tiene y lo que debe.
Si tu empresa es un hotel, su activo estará formado, principalmente, por el llamado inmovilizado, que aglutina la construcción, las maquinarias o las instalaciones. Las existencias de productos serán una partida poco importante y las deudas con clientes tendrán unos períodos de cobro muy cortos. Las agencias de viajes solo necesitan un local y poco más, que podría ser de alquiler. La hostelería dependerá del tipo de negocio, pero, en su caso, la partida más importante será la de proveedores, en el pasivo.
Cuenta de Resultados: qué produzco y cuánto me cuesta
La Cuenta de Resultados es el segundo estado financiero y permite conocer cuánto vendemos y en qué costes incurrimos. Si eres el director de un hotel, los ingresos provienen de la prestación de servicios y partidas como las amortizaciones de inmovilizado serán importantes. Eso no ocurre en una agencia de viajes, donde el inmovilizado es poco significativo. En hostelería se da la venta de productos y no la de servicios, salvo que compaginen su actividad con otras, como el catering.
Financiación y tesorería. La solvencia y liquidez
Una empresa debe ser solvente y, además, tener suficiente liquidez. Una vez más, hay ciertas diferencias, dependiendo de cuál sea tu caso. Los hoteles precisan cierta liquidez, ya que una de las partidas más importantes de gasto es la de personal. Una agencia de viaje necesita efectivo para conseguir ofertas que vender a sus clientes y la hostelería precisa un buen remanente monetario para evitar los desequilibrios de cobros y pagos.
Rentabilidad económica
Las formas de calcular la rentabilidad son similares en las tres empresas. Se lleva a cabo dividiendo el resultado de intereses e impuestos entre el activo total y nos indica el rendimiento, en porcentajes, de nuestras inversiones. En un hotel suele ser baja, ya que el inmovilizado, que forma parte del activo total, es muy elevado, aunque dependerá de sus ingresos. En las agencias de viajes a veces puede ser elevada, debido a que su activo total no será muy elevado. Una vez más, encontramos cierta diversidad en el caso de la hostelería, sobre todo, dependiendo de si el local es en propiedad o alquiler.
Como vemos, conocer los estados financieros de la empresa turística es importante y formarse, en este aspecto, puede ayudarnos en la gestión diaria. Por ejemplo, con un máster específico en empresas turísticas.