La inteligencia artificial ha llegado a nuestro mundo para quedarse. Avanza con más rapidez de la que nos imaginamos y, aunque puede aportar muchísimas ventajas a nuestra vida, también está originando conflictos e inconvenientes que hay que saber identificar y evitar. Un claro ejemplo es el deepfake.
A continuación, desde ESERP, te explicamos qué es, en qué consiste y todo cuanto debes saber al respecto.
¡Que no te engañen, vamos a ello!
¿En qué consiste?
La inteligencia artificial aprende sobre la marcha y es capaz de crear contenidos que parecen reales y que, según un estudio realizado por iProov, más del 43% de las personas encuestadas son incapaces de detectarlos.
Por tanto, en función del contenido y la información que se transmita en un deepfake, puede resultar un verdadero peligro para la sociedad.
Pero, ¿qué es un deepfake? Pues son archivos de videos, imágenes o contenidos de voz que, a través de un software de inteligencia artificial, han sido manipulados. Y el resultado es que parecen tan auténticos y reales que son muy difíciles de identificar como falsos.
Se utilizan para engañar a las personas que los reciben, fomentando la desinformación, la desconfianza y la manipulación.
Para muchos, son la evolución de las fake news, pero llegando al extremo de que, gracias a la inteligencia artificial, se pueden modificar los rasgos físicos de las personas y hasta su propia voz, para poder crear un contenido falso partiendo de uno original.
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¿Qué tipos hay?
Como hemos dicho, la Inteligencia Artificial evoluciona a grandes pasos, pero actualmente se pueden distinguir dos tipos de deepfake:
Deepfake Faces
Son aquellos que se crean desde cero, partiendo de imágenes reales, y se reemplazan a las personas que aparecen por otras que no forman parte del original. El resultado está completamente manipulado y es falso.
Deepfake Voice
Para este tipo de deepfake se utiliza la voz de una persona para modificar un audio. Es decir, se hace una suplantación con el objetivo de que quien lo escuche crea que el protagonista está diciendo algo que, en realidad, nunca dijo.
¿Cómo detectar un deepfake?
Aunque es una tarea complicada, existen cierto ‘trucos’ para poder detectar la falsedad de los deepfake.
A continuación te explicamos cuáles son los básicos y los que debes tener más en cuenta para corroborar la veracidad de los archivos que estás viendo.
- Fíjate detalladamente en las expresiones faciales, en los bordes de las imágenes, en la piel de la persona o incluso en los movimientos, ya que éstos pueden ser entrecortados o poco naturales. La piel puede parecer demasiado lisa o incluso demasiado arrugada.
- El parpadeo de una persona es clave para poder identificar un deepfake. El algoritmo utilizado por la inteligencia artificial aún no es capaz de copiar el parpadeo natural de una persona, por lo que es un buen recurso para detectar que la imagen que se está viendo es falsa. En los deepfake las personas parpadean mucho menos de lo habitual o, por el contrario, demasiado y, además, también aparecen sombras extrañas alrededor de los ojos.
- Video cortos. Los deepfake suelen ser videos cortos, de apenas unos segundos. De esta forma es más difícil que se noten los errores y, el algoritmo que se utiliza necesita mucho tiempo para poder producirlos. Por tanto, un video demasiado corto puede ser una buena pista.
- Fíjate en el sonido, es otro de los consejos más válidos para poder detectar un deepfake. El algoritmo no consigue, todavía, ajustar la imagen con el sonido correctamente.
- Los detalles son clave, así que hay que prestar atención a ellos.
- Por último, la boca, o mejor dicho su interior, es otro de los aspectos que pueden delatar que se trata de un deepfake. La inteligencia artificial aún no es capaz de copiar exactamente los dientes, la lengua o el movimiento del interior de la boca al hablar.
¿Cuáles son los riesgos de los deepfake?
Los deepfake provocan confusión, desinformación y manipulación. Pero, además, según Europol, también pueden conllevar otras intenciones que afectan a la sociedad. Entre ellas:
- Atentar contra la integridad física y moral de las personas.
- Obtener acceso a datos personales eludiendo las contraseñas biométricas que se solicitan en los accesos.
- Cometer fraudes en diferentes plataformas digitales.
- Robar o suplantar la identidad de las personas.
- Crear noticias y sucesos falsos para fomentar la desinformación generalizada.
- Extorsionar a las personas involucradas creando contenidos que puedan llegar a ser comprometidos.
La inteligencia artificial está aportando grandes beneficios a la sociedad pero, como en todo, hay quienes aprovechan la evolución tecnológica para sacarle partido personal y, de forma maliciosa, acometer contra el resto de personas.
Es muy importante aprender a identificar los deepfakes para evitar caer en estafas, hurtos o suplantaciones de identidad, sobre todo porque en poco tiempo la inteligencia artificial seguirá evolucionando y cada vez será mucho más complicado distinguir la ficción de la realidad.