Qué es el Design Thinking y sus fases

¿Sabes qué es el Design Thinking? Descubre la metodología que impacta en la empresa y en los usuarios a través del aprendizaje y la innovación.

No existe una forma sencilla o única para definir lo que significa este concepto, pero lo que sí sabemos a ciencia cierta es que el Design Thinking es una forma de resolver problemas complejos a través de la creatividad. Descubre en este artículo qué hace que el pensamiento de diseño sea tan relevante a día de hoy y cómo puedes empezar a idear y prototipar soluciones beneficiosas, tanto para usuarios como para empresas.

Qué es el Design Thinking

También conocido como pensamiento de diseño, el Design Thinking es una metodología orientada a la resolución práctica y creativa de problemas, en un determinado marco de trabajo, utilizando para ello un enfoque basado en la innovación y centrado en las necesidades de los usuarios. Este procedimiento surgió originalmente como una forma de enseñar a los ingenieros a abordar los problemas de forma constructiva, siguiendo los métodos y procesos propios de los diseñadores, pero con el paso de los años su aplicación se ha extendido a entornos más allá del mundo del diseño.

De hecho, su particularidad reside en que no sólo aborda problemas normales y corrientes del día a día, problemas con soluciones sencillas y probadas, sino también realidades más complejas: desde cuestiones globales, como el cambio climático o la pobreza, hasta retos más propios de entornos empresariales, como pueden ser el diseño de un producto o la reinvención de un modelo de negocio. Por tanto, esta metodología no sólo ayuda a diseñadores a crear productos innovadores, sino que también fomenta una cultura de innovación, centrada en el usuario, en todos los niveles de la empresa.

Las 5 Fases del Design Thinking

Todo proceso de Design Thinking se establece siguiendo cinco pasos: empatizar, definir, idear, prototipar y probar. Pero en este punto es importante recordar que, aunque hablamos de un proceso secuencial, no es lineal. En realidad, es iterativo y en cada fase pueden aparecer nuevos descubrimientos que nos lleven a movernos de una etapa a otra o, incluso, originen el reinicio y replanteamiento del proceso.

El punto de partida del pensamiento de diseño es la empatía, una primera fase de observación e interacción con los usuarios para comprender sus necesidades, expectativas y comportamientos. Posteriormente, y teniendo en cuenta los hallazgos y la información recopilada, se procede a definir el problema que queremos resolver y cómo va a ser abordado desde una perspectiva de usuario. El proceso avanza, a continuación, hacia una etapa más centrada en la creatividad y la capacidad de innovación, donde buscaremos generar ideas y posibles soluciones a dicho problema, tratando el problema desde distintos ángulos y puntos de vista.

Una vez realizada la selección de ideas, turno para el prototipado; esto es, convertir las ideas en elementos tangibles que poder poner a prueba con usuarios reales. En esta última etapa del proceso, el objetivo será ver cómo responden los usuarios a las soluciones planteadas y cómo interaccionan con los prototipos de forma que, basándonos en su experiencia y opiniones, podamos identificar cualquier fallo de diseño y aplicar los cambios necesarios antes de crear el prototipo o solución definitiva.

fases del design thinking

¿Por qué usar el Design Thinking?

En los tiempos que corren, la capacidad de innovar y concebir ideas de forma ágil es una ventaja competitiva demostrada. Incluso podría decirse que hay cierta presión social y empresarial constante por la innovación como clave para conseguir el progreso y el éxito. De hecho, compañías como Apple, Airbnb o IKEA ya han aplicado esta metodología estratégica, entre otros aspectos, para mejorar su cultura laboral, lograr procesos de innovación eficientes, disminuir costes y, en último término, aumentar resultados.

Pero siempre poniendo al usuario en el centro. Y es precisamente ese punto, el tomar en consideración a personas reales en el proceso de testeo de sus productos y servicios, donde las empresas están encontrando uno de los puntos fuertes del Design Thinking. Implicar a los usuarios de forma directa aumenta sus probabilidades de dar en el clavo a la hora de crear experiencias significativas, estableciendo así un win-win: los usuarios reciben productos más útiles que ayudan a mejorar sus vidas, y las empresas obtienen mejores resultados y la felicidad de sus clientes.

Por su capacidad para enseñar a las personas a innovar, por animar a considerar soluciones alternativas y a desafiar supuestos o por fomentar el trabajo en equipo y la colaboración, son muchas las razones que llevarán a esta metodología a transformar tu forma de pensar, colaborar y generar ideas.

Según el equipo docente en el área de la Planificación Estratégica en Relaciones Públicas, Marketing y Publicidad, el Design Thinking es de gran utilidad para:

  • Entender y empatizar con nuestro usuario y/o consumidor.
  • Analizar el contexto de forma diferencial.
  • Identificar y resolver problemas.
  • Maximizar la creatividad para idear propuestas de valor.
  • Saber prototipar (sin necesidad de usar aplicaciones de diseño) las soluciones para efectuar test de evaluación.
  • Lograr la mayor interacción entre marca y usuario/consumidor, generando experiencias y engagement.
  • Alcanzar el máximo nivel de creatividad e innovación

Si quieres saber más sobre el Design Thinking y el diseño centrado en el usuario, y buscas una nueva forma de entender la Publicidad, el Marketing y las Relaciones Públicas, en ESERP ponemos a tu disposición el Máster en Design Thinking and Transmedia Storytelling. ¡Infórmate ahora!

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