Despido procedente e improcedente

El despido laboral es la finalización de la relación laboral que el empresario tiene con el empleado. Existen diversos tipos de despido, tanto procedentes como improcedentes, y cada uno debe cumplir unos requisitos formales, así como determinados plazos legales. Antes o después de este conflicto debes contactar con un abogado laboral especializado en derecho del trabajo.

Despido procedente o improcedente

¿Qué es un despido procedente?

Un despido procedente puede estar motivado por varias causas distintas, dentro del marco regulado por la ley. En líneas generales, se pueden clasificar en:

  • Despido disciplinario: es aquel que implica una conducta inadecuada del empleado en su puesto de trabajo, que perjudique a la empresa de manera clara y directa.
  • Despido objetivo: son despidos completamente regulados por ley y que se producen en circunstancias concretas, como causas económicas, técnicas o de producción.
  • Despidos colectivos: en este caso, no es un solo empleado quien pone fin su relación laboral con la empresa, sino una cantidad elevada de ellos, en porcentajes regulados legalmente. Son los llamados Expedientes de Regulación de Empleo de Extinción (ERE).

Ahondemos en cada uno de ellos:

Despido disciplinario

El despido disciplinario, según el art. 54 del Estatuto de los Trabajadores, se produciría ante faltas del trabajador estipuladas en los siguientes casos:

  1. Las faltas de asistencia o impuntualidad repetidas.
  2. Indisciplina o desobediencia en el trabajo.
  3. Ofensas repetidas, verbales o físicas, al empresario o a otros empleados.
  4. Abuso de confianza o transgresión continuada de la buena fe contractual.
  5. Falta de rendimiento continuada.
  6. Embriaguez continuada o toxicomanía que afecten al trabajo.
  7. Acoso, en cualquiera de sus formas, por origen racial, religioso, social o sexual.

Pero cada convenio colectivo puede ampliar esta lista de causas, dependiendo del tipo de actividad laboral. Sin embargo, hay un paso más: estas causas anteriores deben quedar suficientemente demostradas. Pero no solamente por eso. Es imprescindible que los procedimientos o pasos que se den para llevar a cabo un despido procedente sean los adecuados. En caso contrario, será improcedente.

Pero hay más. Si las causas del despido están basadas en algún tipo de discriminación que incumpla la Constitución, será declarado nulo.

Consecuencias de ser declarado despido procedente, por causas disciplinarias. En este caso, el empresario no debe pagar indemnización alguna al trabajador.

Despido objetivo

Igualmente, deberá demostrarse que se cumple las causas expuestas en los art. 52 y 53 del Estatuto de los Trabajadores. De no ser así, puede ser declarado improcedente o nulo, como en el caso anterior.

Despido colectivo

Está regulado y debe cumplir todos los requisitos legales. Los trabajadores serán indemnizados, según marca la ley, y pueden ser declarados improcedentes por un juez.

¿Qué es un despido improcedente?

Un despido disciplinario o despido objetivo, tal como se han definido en el apartado anterior, puede declararse improcedente o nulo. Debido a que no se demuestra que el empleado haya cometido ninguna de las faltas graves que lo justifiquen o por no cumplirse las condiciones objetivas de despido.

En este caso, las consecuencias pueden ser distintas:

  1. Readmisión del trabajador.
  2. Indemnización del trabajador de acuerdo a lo estipulado por la ley.

En caso de despido nulo, el trabajador será readmitido en el puesto de trabajo y se le abonan los salarios perdidos.

¿Qué deben hacer el trabajador y empresario ante un despido?

En todos los casos anteriores, el empleado podrá realizar las gestiones para percibir la prestación por desempleo que le corresponda.

El empresario debe cumplir todos los requisitos formales: preaviso al trabajador, carta de despido, entrega de despido y finiquito por escrito.

Ante la disconformidad con el despido por parte del empleado, este deberá impugnarlo judicialmente antes de 20 días hábiles. Este proceso tiene un formato concreto, en el que, antes de llegar a un juicio, hay un acto de conciliación.

Independientemente del tipo de despido, lo que está claro es que es un auténtico mazazo emocional, y es necesario saber cómo afrontar un despido laboral y buscar ayuda si es necesario.

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