El producto mínimo viable es la mejor herramienta para poner a prueba una idea de negocio. Te explicamos en qué consiste, cuáles son sus ventajas y cómo lanzarlo.
Muchas ideas de negocio no terminan de despegar y encontrar un espacio en el mercado. De hecho, aproximadamente el 85 % de los 30 000 lanzamientos de nuevos productos fracasa, según Harvard Business Review. Para minimizar el riesgo que representa el lanzamiento de un producto o servicio nuevo e invertir de manera más inteligente y segura puedes crear un Producto Mínimo Viable (PMV o MVP, por sus siglas en inglés).
¿Qué es el producto mínimo viable?
El producto mínimo viable es un prototipo del producto o servicio que quieres lanzar, con unas funciones mínimas que te permitan presentarlo a tus clientes potenciales y comprobar su interés por el mismo. Es, por tanto, una versión parcial que te sirve para recopilar información relevante sobre el diseño y grado de aceptación.
¿Para qué sirve el MVP?
- Saber si el producto o servicio realmente es necesario y si existe una base de consumidores dispuesta a pagar por él.
- Perfeccionar el diseño y las funciones del producto para que puedas centrarte en aquello que realmente gusta y aporta valor.
- Minimizar los costes de desarrollo y ahorrar al no tener que invertir en las características o funcionalidades que no interesan a los clientes.
- Disminuir el riesgo de fracaso y la incertidumbre vinculada al lanzamiento de nuevos productos, permitiéndote crear un producto o servicio con mayores probabilidades de éxito.
- Comenzar a construir una base de clientes fieles a través de los early adopters.
¿Cómo crear un producto mínimo viable?
- Identifica las necesidades de mercado. El primer paso en la metodología MVP consiste en comprobar si ese producto o servicio realmente satisface una necesidad presente en el mercado. Para ello debes preguntarte qué problema soluciona y por qué una persona lo compraría. También debes analizar a la competencia en búsqueda de soluciones similares y/o necesidades desatendidas.
- Perfila a tu cliente ideal. Para crear un producto mínimo viable debes analizar las necesidades de tu cliente yendo más allá de sus características demográficas. Comprender las preferencias y hábitos del consumidor te permitirá crear un producto o servicio con características y funcionalidades que aprecien.
- Elabora el producto mínimo viable. Con los datos sobre el mercado, tus competidores y los clientes potenciales podrás determinar las características del modelo inicial. Catalógalas como “imprescindibles”, “convenientes” e “innecesarias” y úsalas para crear el producto mínimo viable. Si su puesta en marcha sea muy costosa, como en el caso de un coche o un edificio, puedes utilizar maquetas físicas o virtuales.
- Valora los resultados. Tras lanzar el producto mínimo viable debes buscar retroalimentación. Entrevista a clientes, hazles una encuesta o aplica pruebas A/B para que te ayuden a elegir las características del producto que funcionan mejor. Si los datos son positivos, podrás seguir adelante con tu idea. Si no es así, tendrás que modificar lo que no funciona o pivotar.
¿Te interesa seguir aprendiendo sobre marketing e innovación? Descubre los másteres de ESERP para incursionar en este sector: